lunes, 7 de junio de 2010

Alejandro Dolina: "El amor y la muerte son dos caras de la misma moneda"

La presentación se realizó en la sala José Hernández el sábado 8 de mayo

Alejandro Dolina: “El amor y la muerte son dos caras de la misma moneda”

Por Ana Inés Cabral

El escritor, músico y conductor de radio y televisión presentó la nueva edición de la opereta criolla Lo que me costó el amor de Laura con una sala colmada de espectadores

Con la sala José Hernández llena (tiene capacidad para 1000 personas y muchas quedaron afuera), Alejandro Dolina presentó la nueva edición de su opereta criolla Lo que me costó el amor de Laura, editada anteriormente en 1998. En un clima cálido y plagado de humor, Dolina fue recibido entre aplausos y algunos gritos que lo aclamaban. La presentación tuvo al periodista Nino Ramella como encargado de interrogar al autor y en ningún momento hizo que se abandone el clima de sarcasmo y humor que reinó durante esa hora y media.

Con el amor y el desamor como temas principales, la presentación dio pie a relatar experiencias y generar momentos de interacción y risas con el público. De todas maneras, Dolina dejó en claro que para él, “el amor no es el tema principal del libro, sino que es el discurso, cómo se dice lo que se dice: a todos nos pasa que nos genera angustia la muerte, todos tenemos miedo a la sensación de no ser nada y no importarle a nadie. El amor y la muerte son dos caras de la misma moneda”.

Lo que me costó el amor de Laura fue editada en 1998 como libro, acompañada por un CD doble y más tarde representada en teatros argentinos por distintas compañías. En la versión original participaron artistas como Mercedes Sosa, Ernesto Sábato, Joan Manuel Serrat, Sandro y Les Luthiers, acompañados por la Orquesta Sinfónica Nacional.

Para comenzar y metiéndose de modo abstracto con el concepto de “amor” Dolina con tono sarcástico dijo: “el amor está un poco sobreevaluado. El amor es sin dudas un estado de perturbación constante: si te gusta una rubia, no te importa que te ofrezcan una mina mejor, porque uno quiere esa rubia!.”

Saliendo un poco de la trama del libro, ante la pregunta de Nino Ramella sobre qué duele más, el desamor o la traición, Dolina contestó sin dudar: “El desamor. Uno puede perdonar una traición pero el desamor es irreversible. Prefiero que me traicionen y no enterarme. El desamor no se puede ocultar. Cuando alguien nos dice “salí de encima”, ahí está, eso es el desamor. Yo no sé si hay una verdad última, pero el amor es una falsedad compartida”. Y en ese momento estallaron las risas e incluso algunos aplausos y agregó: “Uno no puede evitar enamorarse, pero sí puede encuadrar su conducta. Si muero de amor es mejor que nadie lo sepa! Me voy a suicidar solo!”. Y otra vez el público le contestó con carcajadas.

A su vez Dolina agregó que “el amor “será” o “fue”, nunca “es” en tiempo presente. Para saber en qué tiempo se conjuga el amor hay que ver nuestro propio cuerpo. Éste se prepara para el futuro, estalla en el presente y se arrepiente en el pasado. El futuro y el presente son siempre más fuertes. El desencuentro que produce el tiempo no se resuelve nunca. El encuentro es muy difícil, es una posibilidad en un millón. La mayoría del tiempo las personas estamos desencontradas. La vida no es un buen lugar para esperar a nadie”, reflexionó.

Volviendo a los protagonistas del libro, Laura y Manuel, ellos se plantean si es el engaño lo que enamora, Dolina responde que “hay un desengaño que forma parte del amor, al igual que hay un engaño en el mundo del arte, en el cine, en el teatro. Nadie nos va a decir: no se emocionen…no ven que es una ficción?”.

“El amor está lleno de eufemismos tales como “necesito un tiempo”, “estoy confundido”, “no sos vos, soy yo”, entre tantos otros. Y la verdad es que no hay presencia menos esperada que la del amor que se ha dejado de desear. A los hombres nos pasa que en esos casos, muchas veces caemos en la insistencia, y no hay que dejarse atrapar por la trampa de la esperanza, no! Y luego, le sigue otro error común, en el que muchos caemos también, que es querer olvidar a una persona pensando en ella, eso nunca! “ Y de nuevo las carcajadas y los plausos. “El enamorado es un típico masoquista”, reflexionó.

Para finalizar la charla, Dolina y Ramella analizaron la pregunta que se hace el protagonista del libro acerca de si ama o no a Laura, es posible dudar sobre eso? “No conviene dudar. Pero la duda es un lindo fogón y ahí uno encuentra amigos con quienes plasmar diferentes pensamientos, discutir y debatir. Aquellas personas que no tienen dudas son peligrosas. El dudoso admite rectificarse, y yo me rectifico cada cinco minutos”, finalizó.

La presentación no terminó allí, en ese momento, las luces se fueron apagando de a poco y dieron pie a que aparecieran en el escenario la cantante Karina Beorlegui y el pianista Federico Mizraji que acompañaron a Alejandro Dolina con unos tangos, de esos que hablan de amor, o mejor dicho, del desamor.

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